Hombre, puestos a ser prácticos…. lo que no parece muy practico es ver a Católicos practicantes , valga la redundancia, hablando del derecho de la mujer a practicar un aborto.vital escribió:La Iglesia Católica normalmente no indica la forma y modo en que las autoridades deben actuar para conseguir un bien moral: sí incide en la necesidad de conseguir ese bien moral. Por ejemplo, para conseguir un bienestar para todos no te indican si el camino va por más intervención estatal o si va por más libertad individual.El Maestro Golpeador escribió: ↑08 Oct 2021 01:39vital escribió:Dios no te impone que tengas en cuenta al prójimo, ni impone que te quedes en "la casa del Padre" (aludo a la famosa parábola). No lo impone, te insta a hacerlo, te anima, te asegura que serás más feliz así. Si lees el Evangelio, probablemente llegues a pensar que debes no ya compartir sino desprenderte de todo lo que tienes para dárselo a los pobres. Si nos mandara hacer todo eso una ley nos convertíamos en comunistas.El Maestro Golpeador escribió: ↑07 Oct 2021 00:44vital escribió: Si nos ponemos serios, lo que de verdad forja el carácter es la fe. A veces obedecer a Dios implica ir por el camino difícil, o negar lo que te pide el cuerpo y tirar por un camino del cual igual no atisbas nada interesante. Luego al hacerlo, al tiempo, compruebas porqué Dios quería eso y no lo otro.
Eso sí que va forjando el carácter.
La pena es que la fe se enseña poco, se prodiga menos y se critica más. Un tesoro que cada vez se confunde más con el barro en el que está enterrado y por tanto menos descubren, y entre los que la descubren, a veces eso de obedecer a otro se les hace muy cuesta arriba. Que obedecer a un sargento injusto pero al que ves, te forje el carácter no te digo ni que sí, ni que no (igual te traumatiza y jode el carácter) pero obedecer al que es Justo y quiere misericordia para uno, aunque no lo veas, ya te aseguro que sí te lo forja.
Pero vamos a ver, Vital. No es por afearte tu comportamiento pero como hablas de una Fe heroica si te ves incapaz de hablar en favor de penalizar el aborto.
El camino recto nos lleva a defender la vida en un medio hostil en el que cualquiera te va hablar de los derechos de la mujer.
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Pero ese es el error de los comunistas (si es que creyeran en Dios, que no, son ateos, lógicamente) o de los mahometanos: pensar que el bien nace de la obligación y la imposición.
Cristo se pronuncia claramente sobre lo que quiere Dios en la unión de un hombre y una mujer, lo que es adulterio y le da muchísima importancia porque incluso habla de cometer adulterio de pensamiento. Es obvio, que por alguna razón, para Dios es importante ese tema. Si hubiera que OBLIGAR mediante ley y castigar los adulterios, concubinatos e infidelidades, acabábamos como los mahometanos, lapidando al que se sale de la línea (ellos encima más injustamente porque nuevamente el peso se lo cargan a la mujer más que al hombre). Ese no es el camino.
Como cristiano he hecho todo lo que se puede hacer para que por mi obrar no haya ocasión a un aborto. Es decir, me he mantenido virgen hasta el matrimonio (un preservativo puede -raramente pero puede- fallar, igual que una píldora no tiene eficacia 100% para impedir que ocurra la fecundación, y otros métodos como DiUs, píldoras del día después, etc ... son directamente abortivos) Es decir, he sido radical (y ojo he estado varios años de novio con la que es hoy mi mujer) con este tema. Porque resulta que sin estar comprometidos tienes un percance, se te queda preñada la novia e igual a ésta se le pasa por la cabeza la posibilidad del aborto porque no tiene la seguridad de tu compromiso para formar una familia con ella. E igualmente hoy colaboro entre otras cosas siendo fiel a mi mujer y no buscando sexo fuera.
Lo que yo no puedo hacer es caer en el error de los comunistas e imponer por ley que a ti te quiten todo lo que tienes para dárselo a otro que tenga menos que tú y a repartir. O que a una señora por ley se le obligue a pasar por un embarazo, cuando igual la han violado (imagino que vale lo mismo la vida del niño fruto de una violación que la de un niño fruto de un desliz entre dos amantes ¿verdad?)
Yo he vivido (de acompañante) algunos embarazos junto a mi mujer, y son procesos que trastocan el cuerpo y hasta la mente de la persona totalmente. No es una broma. Es algo que de verdad tienes que querer tener un niño para que te valga la pena. Yo animaría desde luego a quien se ha quedado embarazada a llegar a término a pesar de el ESFUERZO, (porque lo ES y HAY QUE RECONOCERLO, pasar por un embarazo) porque se trata de una vida de una persona, en formación pero persona.
Dios no obliga a nadie a hacer el bien aunque desee que hagamos el bien y no el mal. Obligan los hombres, con nuestras leyes, a ser mejores, para poder convivir entre nosotros con un mínimo de paz.
Entonces, sobre la actual ley. La actual ley no despenaliza realmente el aborto. Simplemente pone un cronómetro a esa penalización. Unos plazos. Eso dirás, permite que muchas personas banalicen el sexo, lo usen sólo para placer puesto que no hay consecuencias, incluso en caso de desliz se soluciona liquidando esa vida incipiente, aunque sea no dejándola anidar (píldora del día después). Eso es terrible. Pero más terrible es que nuestra sociedad no afea esa conducta. Yo no hablo de leyes, hablo de información. Creo que es un error marcar la lucha en la legislación y no en la información y en la sensibilización, en una educación responsable de la sexualidad.
Sobre la ley tienes varias opciones: desde despenalizar absolutamente (sin plazos ni límites) a penalizar absolutamente (sin excepciones: vale lo mismo el niño que aún es un amasijo de células que aún no siente dolor ni tiene consciencia que el que sí comienza a sentir dolor, moverse, etc ... vale lo mismo el que es concebido por una cruel violación múltiple que el que es fruto de una inconsciencia adolescente entre uno de 53 y otra de 35) y entre ambas varias soluciones de compromiso. La ley de excepciones o supuestos era una ley de compromiso pero obviamente era una ley abortista, y encima podría decirse que se practicaban más abortos de fetos más formados que con la ley de plazos.
Si te vas a una ley absolutamente antiabortista, si bien puede que salves algunas vidas (a cambio de condenar a morir con 5-6-7-8 meses de gestación en clínicas ilegales o en el extranjero a fetos que con la de plazo se habrían perdido igual pero con 1 día de vida, con lo que implica de sufrimiento fetal de ese niño que ya está casi formado) vas a conducir a desesperadas a situaciones desesperadas y por otro lado es injusto porque cargas ese "bien" obligado sólo en la parte femenina, de un acto producido por dos personas, el hombre y la mujer. El hombre se desentiende y que cargue el embarazo no deseado la mujer. Es injusto. Injusto obligar. Sería más justo si ella pudiera decidir.
Hay que ir a la concienciación y sensibilización. No de las mujeres, no. De todos. Del hombre para que no vaya dejando embarazos no deseados. De la mujer para que si se queda embarazada opte por llevar al niño adelante siempre. De la sociedad para que AYUDE a los que deciden traer el niño al mundo y no le pongan aún más trabas y problemas (facilidad de las adopciones, ayudas económicas y familiares, etc ...)
Ese es el camino. El más justo
Yo te creía catolico pero hablas como un protestante : no has mencionado ni una coma del amplio Magisterio De la Iglesia ni has tenido en cuenta,ni por un instante, la historia De la Iglesia .
Sobre el Magisterio , un sencillo ejemplo , extraído del Catecismo De la Iglesia Católica que tú, sin duda alguna, conoces :
2273 El derecho inalienable de todo individuo humano inocente a la vida constituye un elemento constitutivo de la sociedad civil y de su legislación:
“Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de la autoridad política. Estos derechos del hombre no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado: pertenecen a la naturaleza humana y son inherentes a la persona en virtud del acto creador que la ha originado. Entre esos derechos fundamentales es preciso recordar a este propósito el derecho de todo ser humano a la vida y a la integridad física desde la concepción hasta la muerte” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae 3).
“Cuando una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley. Cuando el Estado no pone su poder al servicio de los derechos de todo ciudadano, y particularmente de quien es más débil, se quebrantan los fundamentos mismos del Estado de derecho [...] El respeto y la protección que se han de garantizar, desde su misma concepción, a quien debe nacer, exige que la ley prevea sanciones penales apropiadas para toda deliberada violación de sus derechos” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae 3).
2274 Puesto que debe ser tratado como una persona desde la concepción, el embrión deberá ser defendido en su integridad, cuidado y atendido médicamente en la medida de lo posible, como todo otro ser humano.
El diagnóstico prenatal es moralmente lícito, “si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si se orienta hacia su protección o hacia su curación [...] Pero se opondrá gravemente a la ley moral cuando contempla la posibilidad, en dependencia de sus resultados, de provocar un aborto: un diagnóstico que atestigua la existencia de una malformación o de una enfermedad hereditaria no debe equivaler a una sentencia de muerte” (Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae 1, 2).
2275 Se deben considerar “lícitas las intervenciones sobre el embrión humano, siempre que respeten la vida y la integridad del embrión, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual” (Instr. Donum vitae 1, 3).
«Es inmoral [...] producir embriones humanos destinados a ser explotados como “material biológico” disponible» (Instr. Donum vitae 1, 5).
“Algunos intentos de intervenir en el patrimonio cromosómico y genético no son terapéuticos, sino que miran a la producción de seres humanos seleccionados en cuanto al sexo u otras cualidades prefijadas. Estas manipulaciones son contrarias a la dignidad personal del ser humano, a su integridad y a su identidad” (Instr. Donum vitae 1, 6).
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Aquí los de la Doctrina de la Fe se mojaron un poco más y mencionan la vía penal expresamente, quizás pensando que de esa manera se protege mejor la vida del nasciturus.
La experiencia y los datos en cambio nos están diciendo que aquellos países donde se aplica la estrategia de una ley de plazos, se cometen menos abortos. Es decir, paradógicamente, ese tipo de legislación salva más vidas de bebés que otras leyes más represivas. Vendría a ser como aquel ejemplo de la Ley Seca. En una sociedad acostumbrada al alcohol, cuando se prohibió e hizo merecedor de castigo penal el consumo, venta o producción de alcohol, se disparó el consumo, el efecto contrario! Lo mismo que ocurre en este tema en sociedades Occidentales hipersexualizadas, con una moral sexual muy laxa y banalizada: que si prohíbes se dispara el delito, se nos va a lo "sumergido".
Pero yendo al Magisterio, tampoco especifican a QUIÉN habría que castigar, más allá del médico que lo practique.
Lo digo porque no hay aborto si previamente un hombre probablemente nada comprometido con la madre y menos aún con su hijo no ha metido ahí lo que no tenía que meter. No se puede juzgar una carrera justa y equitativamente entre dos cuando a uno de los participantes le atas con una argolla y cadena una bola de 20 kg a un pie. En este caso, las consecuencias de un embarazo (los cambios corporales, hormonales, a veces secuelas de por vida, a veces incluso la muerte, a veces afectaciones profesionales, laborales, de rendimiento escolar o laboral...) sólo afectan a una parte. Y en algunas muchas, las consecuencias del parto: el hijo, también cargan sólo sobre una parte. La otra parte se desentiende. Pero la otra parte es tan culpable como la otra de que exista ese embarazo (a veces, en el caso de violación: la única parte culpable). Igual a quien hay que penar, según el caso es al hombre por su irresponsabilidad que lleva a una situación de desesperación a la otra parte que por miedo, por presión social, por presión incluso familiar, toma la decisión de un aborto y no a la mujer. O en otros casos, a ambos. Y en algunos igual hay que penar también a quienes están presionando a la mujer para quitarse ellos lo que perciben como un problema, un estigma, etc ... El Inquisidor no concreta. Asesinos hay muchos en esta obra macabra.
Yo me voy a lo práctico. Si el deber del Estado es proteger la vida y la constatación de la realidad es que la vida está más protegida (menos abortos) donde hay leyes de plazos, hay que ir o mantener ese tipo de leyes. A sabiendas de que la cosa funciona así, cambiar a una con otra filosofía sería desear que haya más abortos en realidad (y más crueles en estadios más avanzados de la vida) o ser de esos que empedran el infierno con buenas intenciones.
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