El problema de David Gandy, como símbolo obsesivo.

[Umbroman]

David Gandy no tiene por qué imperar, en la vida de los homosexuales del planeta Tierra.
De entrada, ser homosexual, o no serlo, tampoco es tan extravagante como parece.
Es algo parecido a ser negro africano, o no serlo.
Porque siempre, les toca una cruz más pesada de lo habitual.
Pero no por ello merecen adoración constante, ni tampoco, obras de Caridad, ¡ Pobres míos ! Maricones del mundo, hambrientos.

[Umbroman]

Si David Gandy fuera negro, el símbolo adquiriría renombre y relieve.
Si David Gandy fuera negro, entonces, sí habría altruismo, por parte de Arthur Clennam.
Si fuera chino, o esquimal, o aborigen australiano, o nepalí, o nipón.
Mas no es el caso.


Lo cuál nos habla de un Arthur Clennam, incapaz de desapasionarse y salir afuera de su Yo, para contemplar y admirar, la obra ajena.
Obra ajena, en el sentido de parida por otro continente distinto a Europa.

[Umbroman]

Supongamos que David Gandy fuera negro.
Automáticamente, Arthur Clennam le escupiría en la cara.
Le pisotearía la barriga.
Y se cagaría en él.





Y si fuera mujer, ya, se armaría la batalla de San Quintín.

[Umbroman]

David Gandy no puede ser mujer, del mismo modo en que Europa no puede ser Australia.
Por más que lo intente.
Se ve incapaz.
Completamente inútil, a ese respecto. Inepta.

[Umbroman]

Luego por tanto, no tiene tanto sentido, idolatrar a David Gandy, o a Europa entera.

[Umbroman]

Es más, la Diversidad es núcleo generador blanco-azulado.
Y contra ello, no podemos ir, si estamos por la labor de amar a otros, y también, de amarnos nosotros.
Si Arthur Clennam no se ama, ¡ Tiene esa asignatura pendiente !
Y no hay excusas que le permitan desasirse de ese examen, en particular.

[Umbroman]

¡ Ámate ! Todo pasa por uno. Si no te amas, tampoco podrás amar a David Gandy. Es una obsesión que tú tienes.

[Umbroman]

Si tú no te amas, no puedes amar a nadie, Árthur.





Idolatrar no es amar.